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miércoles, 18 de julio de 2012

El culto al personalismo, una desviación en la democracia

Boletín oficial
APCS-MA por Jorge P. Colmán. El culto al personalismo es un peligro para el desarrollo democrático en Malvinas Argentinas. 


Prueba de ello es lo sucedido a principios de la década del 30 en Europa, donde gobiernos autoritarios se hicieron de la escena política ante la desconfianza al liberalismo económico. Es en dicha época donde el culto al personalismo tomo dimensión política y cultural en la propaganda política, pero las consecuencias fueron fatales para el desarrollo de la democracia y la vida de los pueblos (una guerra mundial basta como ejemplo).


En Malvinas Argentinas hace tiempo que esta instalado el poner el nombre del Intendente a programas municipales. Este es el caso de un programa para la tercera edad y ahora un campeonato de Papi Fútbol para Sordos. Este es un flaco favor, que seguramente hacen sus asesores, o el propio intendente a su gestión. En la Argentina se utilizan nombres de pro-hombres a personas fallecidas, pero no es políticamente correcto su utilización para personas vivas, y peor aún en sus gestiones de gobierno.


Buceando en la red encontramos una frase que resume fuertemente este pensamiento "...Cuando el personalismo se convierte en el factor determinante en un Estado, las rencillas personales, los complejos del gobernante, sus propias patologías, empieza a inocularse a todo el Estado. Tales gobernantes narcisistas , suelen rodearse de un amplio comité de aplausos, y periódicamente "depuran" sus filas bajo el pretexto paranoico de estar infiltrados...". 


La definición de patologías tienen que ver con complejos de superioridad, que son la antítesis al respeto a la diversidad de pensamiento y acción políticas. La represión social a quienes piensan o expresan su dolor en el distrito, son la demostración de "no comprender" la obra política de ese "líder" construido artificialmente por la propaganda. Las patotas que ejecutaban la acción hablaban de "defender el hospital" ante el "enemigo" político.


La imagen que tiene de si o la que tienen sus seguidores es de un ser omnipotente que controlará todo, dispondrá de todo y al que nadie osará aproximarse o peor cuestionar. Sus vínculos y relaciones con la justicia y las corporaciones refuerzan esa construcción. Su imagen se reproduce en toda gacetilla, cartel y/o vehículo del Estado municipal, es la demostración de su omnipresencia y poder. ¿Es necesario poner su propio nombre a los programas del Municipio y que todos los ciudadanos pagan? 

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