Pienso en el esclavo egipcio empujando la enorme piedra en el desierto para construir la alegoría de la muerte faraónica ¿que lo impulsa a no caer, será solo el látigo impiadoso del tirano?
Pienso en Cervantes, manco con su solo brazo doblado sobre el miserable pergamino alumbrado apenas con la luz amarillenta y grasosa de la vela, escribiendo la mas grande obra de la literatura hispana, con los ojos dolidos el cuerpo aterido ¿Qué voz le dictaba tanta belleza en medio de tanta escasez?
Pienso en Borges atiborrado por 800.000 volúmenes en la Biblioteca Nacional. Director ciego escritor genial ¿que luz alumbraba su penumbra de que recóndito adentro le surgía?
Pienso en Maradona, su tobillo destruido en el mundial del Italia, jugando hasta el último segundo del último partido cuando otros ya se habían ido, para darse en la derrota la grandeza que le sobraba en la victoria ¿Qué fuerza extraña lo sostenía?
Cuando te escucho decir ¡No puedo mas! Se que no es cierto, si que puedes no renuncies, no ha de pasar mucho mas tiempo sin que venga el colectivo. Entiendo es junio son las 6 de la mañana pero solo es un poco de frío.
Jorge Derra
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