En Malvinas Argentinas son pocos los lugares donde se recuerdan a los desaparecidos y los sitios donde la represión dejó su huella. El ex batallón 601, el cementerio de Grand Bourg y la escuela 20 (ex 54) son hoy reconocidos (al menos por una parte de la población) como sitios emblemáticos.
El batallón 601 de municiones fue señalado por el informe de la CONADEP como CCD "El Cilindro" (Centro Clandestino de Detención). Los testimonios presentados por Aurelia Tejerina dan cuenta que por allí pasaron hombres, mujeres y niños en condiciones inhumanas.
Su cercanía con uno de los centros de represión más importantes del país (Campo de Mayo) y su forma de operación (eliminación masiva, sin dejar testigos vivos) dejaron pocos rastros de su criminal accionar. El mando táctico de la Zona 4 (denominación operativa militar) estaba en Campo de Mayo y comprendía a todos los establecimientos de la región.
El primer proyecto presentado para la señalización de los lugares de represión fue hecho por un pequeño grupo de militantes gremiales docentes (SUTEBA Gral. Sarmiento) y de derechos humanos (SERPAJ) (Para leer el proyecto PINCHE AQUÍ). Lo ingresamos en mayo de 1999 y conto con el apoyo, dentro del HCD de Malvinas Argentinas, del Concejal Pedro Pérsico (FREPASO).
Algunos medios se hicieron eco del proyecto presentado, recuerdo a la periodista Verónica Arlausky (Diario La Hoja), generando el debate que hasta ese entonces nunca se había dado dentro de las instituciones municipales. El trámite fue archivado casi sin discución dentro de la cámara, la voz del concejal no fue suficiente para su tratamiento pero dejó el primer mojón en el recinto. El Intendente tomó la postura de negar lo sucedido, sus compromisos políticos o su convicción lo llevaron a rechazar la propuesta.
El proyecto estaba enriquecido con los aportes del viejo proyecto de Madres de Plaza de Mayo, Eduardo Jozami y otros que buscaban instalar en la ESMA un "Museo de la Memoria" al estilo de los creados luego del genocidio cometido por los nazis en la segunda guerra mundial. Recibió diversos apoyos de los organismos a nivel nacional, pero eran los tiempos del neoliberalismo y la amnistía a los genocidas, eran las épocas de los desfiles militares frente al palacio Municipal de Malvinas Argentinas. Quedo como testimonio de nuestra lucha, de algo que debíamos continuar.
Posteriormente presentamos como Grupo Jauretche el proyecto de cambio de nombre de la ex escuela 54. De allí se llevaron a Susana Pertierra y otros vecinos en un gran operativo en Grand Bourg. Este tampoco prosperó, pero los inspectores sugirieron que se pusiese el nombre de Susana a una escuela que no tuviese nombre. Con el SUTEBA logramos el único señalamiento conocido y oficial, la placa que recuerda a la docente desaparecida en el hall de entrada de la escuela.
Es en el 2006, ya había llegado Néstor Kirchner al gobierno, donde los vientos cambiaron el la política de derechos humanos de la Argentina. Estos pasaron hacer Política de Estado y al intendente no le quedo mucho margen para desentenderse del problema. Con un colectivo social más amplio, el Frente para la Victoria, movimientos sociales y los organismos de Derechos Humanos, se logró una importante convocatoria.
Si bien el proyecto vuelve a ser rechazado por el oficialismo(Ver aquí), este instala un segundo proyecto por la Concejal Sonia Alfonso (En realidad fueron tres *) donde se establece la instalación de una Casa de la Memoria en Malvinas Argentinas. El gobierno municipal acordó en una reunión (**) a traves del arquitecto Iglesias, que cuando se desocupe uno de los pabellones del Batallón se establecería la ordenanza aprobada.
El pabellón nunca se desocupó y la Casa de la Memoria aprobada por ordenanza Nº 2776/06 nunca se cumplió. Este año se instaló en la puerta del Batallón una placa recordatoria, pero manos anónimas la destruyeron dejando nuevamente al lugar sin señalamiento.
(*) Un tercer proyecto fue presentado por los alumnos de la EEMNº 7 de Tortuguitas.
(**) Se realizó entre el arquitecto Iglesias, Antonio Fernández y quien suscribe.
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