Quién es quién en la patota de Cariglino

Pedido de justicia frente al Cuestionado Hospital
Claudio Zin (Pablo Nogues)

Publicado por Tiempo Argentino. Además del repudio de distintos sectores de la política y los medios de comunicación, la brutal agresión sufrida en el partido de Malvinas Argentinas por familiares de víctimas de mala praxis y un grupo de periodistas dejó en evidencia una práctica repetida en el distrito que, desde su creación, hace 17 años, gobierna Jesús Cataldo Cariglino. Se trata del funcionamiento de patotas que, como sucedió con la que este martes golpeó a quienes se manifestaban en Pablo Nogués frente al Hospital de Niños Dr. Claudio Zin, aparecen vinculadas al gobierno municipal.

Así lo denunció Silvia Burgos, testigo del accionar de los violentos que dispersaron una manifestación convocada por el supuesto caso de mala praxis que derivó en la muerte de Celeste Morales, de siete años. La agresión ocurrió ante la pasividad de los efectivos policiales. 

“Estoy segurísima que quien organizaba todo era Daniel Echeverría”, afirmó Burgos a Tiempo Argentino, en referencia al ex policía y actual director de Patrullas y Protección Ciudadana de la intendencia. “Echeverría –agregó– era el que manejaba todo con un handy. También estaban el concejal Alejandro Groh y el jefe de la Comisaría 1º de Grand Bourg”, el subcomisario Marcos Vera. La testigo relató que cuando se acercó al jefe policial, este le respondió que “tenía órdenes de no accionar”.

El gobierno de la provincia de Buenos Aires, mediante un comunicado del Ministerio de Justicia y Seguridad y declaraciones de su subsecretario Operativo, Emiliano Baloira, sostuvo que durante la golpiza sólo estuvieron presentes agentes municipales. Sin embargo, varios testigos –incluido el fotógrafo de Tiempo agredido, Mariano Vega– indicaron que también hubo efectivos de la Bonaerense. Por lo pronto, Baloira adelantó que la auditora general de Asuntos Internos, Viviana Arcidiácono, está trabajando “con la idea de que profundice la investigación, respecto a la posible inacción por parte de la provincia de Buenos Aires” (ver aparte).

José Hernández, concejal del Frente para la Victoria (FPV) y militante del Movimiento Evita en Malvinas Argentinas, remarcó que “la policía ha dado muestras de connivencia con el intendente”. Hernández recordó que durante las dos primeras sesiones de la legislatura “el concejal Reynaldo Ferrau fue golpeado por una patota, frente a la mirada de la policía, que no actuó”. Por esta razón, fueron radicadas tres denuncias en la fiscalía de San Martín.

Además de Echeverría, Groh y el comisario Vera, otras víctimas dijeron a este diario haber visto, a dos cuadras del hospital, a quien es considerado la mano derecha de Cariglino: Carlos Vargas, el “Tío Carlitos”, conocido como “el criado” del intendente. Al igual que a Echeverría, lo describieron con un handy en la mano. Vecinos de la zona también señalaron a un grupo de hombres cercanos a Vargas: Adrián Gorosito, alias “Franco”, su hijo Jorge Gorosito, alias “la Pocha”, que vestía un buzo del sindicato de La Fraternidad, y a tres personas conocidas con los apodos de “Yonana”, “Patán” y “el Melli de Nogués”.

De acuerdo con las versiones recogidas, el grupo de choque se habría identificado abiertamente con la gestión municipal. En palabras del periodista Ignacio Vaschetto, del sitio web Malvinoticias, “estaban todas las patotas del intendente Cariglino rodeando en grupos la zona”.

Luis Vivona, actual funcionario de la Secretaría de Deportes de la Nación y referente político del FVP en el distrito, fue contundente: “El gobierno municipal pone a los actores de siempre, que reciben a los manifestantes con palos, de la forma en que están acostumbrados a repeler todas las marchas”, sostuvo. Vivona, que en las últimas elecciones distritales se enfrentó y fue derrotado por Cariglino, sostuvo que estos hechos de violencia son moneda corriente en Malvinas Argentinas, y recordó que “en 1998 pasó lo mismo durante una marcha de docentes y el año pasado, con empleados municipales. Los molieron a palos”.

Por el momento, la intendencia sólo se expresó a través de un sinuoso comunicado, donde se desligó de los hechos, expresó sospechas sobre la agrupación kirchnerista Kolina y los militantes de Vivona, y buscó emparentar “estos actos de violencia” con la decisión de Cariglino de “no acompañar a la presidenta en las elecciones de octubre pasado”.