A una semana de las agresiones a periodistas en Malvinas Argentinas, Buenos Aires 2punto0 pudo conversar con algunos de los trabajadores de prensa atacados por patotas que responden, directamente, a la municipalidad local: comandada por el eterno Jesús Cariglino, Intendente malvinense desde 1995, primera vez que la comuna eligió autoridades tras su creación un año antes. El barón trató de desligarse en un fútil comunicado, negando que su modus operando sea utilizar “recursos humanos para amedrentar y callar”, pero el testimonio de los cronistas asaltados es claro en ese sentido.
Sucede que el martes pasado, a las 18.30, iba a tener lugar una protesta en la entrada del hospital local Dr. Claudio Zin en el barrio de Pablo Nogués, el cual Cariglino suele presumir como un orgullo del distrito y su gestión. La convocatoria había sido realizada por familiares, amigos y vecinos de Celeste Morales, una nena de ocho años que ingresó al centro de salud por un tema menor y, debido a presunta mala praxis, falleció unos días más tarde.
Tanto equipos periodísticos locales como periodistas y camarógrafos de Tiempo Argentino, TELAM y Crónica decidieron cubrir los hechos y ahí se toparon con la peor cara de Malvinas Argentinas: la impunidad de Cariglino, cuyos hombres golpearon a estos empleados y hasta les robaron parte de su material, incluyendo teléfonos celulares y cámaras. “Se ha dicho y escrito que la ‘patota’ agresora pertenece y responde a esta municipalidad y que su objeto era no dejar que se cubra un presunto caso de mala praxis en el flamante hospital pediátrico Claudio Zin, orgullo malvinense”, decían las autoridades comunales en el comunicado oficial, redactado a pedido del propio alcalde, y hasta se atrevían a resaltar que “esa relación y móvil son falsos por hechos concretos”.
Además indicaban que “jamás este municipio adoptó o fue ejemplo de violencia institucionalizada, un flagelo más recurrente que lo deseado y esperable, sino todo lo contrario”.
Pero con una mano, Cariglino y toda su estructura, no pueden tapar el sol.
El vínculo entre el cariglinismo y las patotas, a estas alturas, se vuelve indudable. Así lo manifestó a esta agencia Ignacio, periodista del diario local Malviticias. “Son la gente (que los agredió) que responde al municipio; yo los he visto en actos políticos, por ir a cubrir los actos te los cruzás, y los ves, los reconocés. No sé los nombres, pero los reconocés”, relató.
“Salimos para la esquina de Miraflores y 197, y ahí nos rodean treinta personas y nos preguntan qué hacíamos ahí. El compañero de Crónica se identifica como periodista, muestra el carnet; se lo sacan, le sacan también el celular, y empiezan a pegarle a él y también a mí”, narró Ignacio sobre uno de los episodios que tuvieron lugar ese día, luego de salir del hospital traumatológico e intentar entrevistar al tío de Celeste, que había sido atacado y estaba siendo atendido allí.
“Nos amenazaban, nos decían ‘Te vamos a matar, salí de acá’, de ese tipo de amenazas hubo todo el tiempo. Al compañero de Crónica le dijeron ‘¿Así que sos periodistas? Vas a terminar como Cabezas’. Ahí nos fuimos separando. Lo que a mí me pasó fueron golpes constantes en la cabeza, donde más sentí; en un momento me tiran al piso, me tiran el gas pimienta en la cara y cuando paran por un minuto de golpearme, me levanto y empiezo a caminar para irme, y vienen dos pibes de veinte años, me golpean en la cabeza. Y ahí les decía ‘Ya entendí, me voy yendo, me voy’. Pero cuando me dejan de golpear sigo caminando –yo en ese momento casi no podía ver nada, por el gas pimienta-. Lo que hacía era abrir los ojos cada tanto, para no chocarme con nada”, explicó Ignacio.
El hombre también contó sobre la pasividad de la Policía, inmóvil ante los hechos suscitados. “La Policía es imposible que no haya visto la situación de todos los colegas. Hablando con el resto de los periodistas, lo que cuentan es que directamente la Policía, al lado de ellos, no resguardando a las patotas pero sí con presencia al lado de los periodistas y los compañeros de TELAM les decían ‘¿No vas a intervenir?’ y levantaban los hombros y miraban para otro lado”, describió.
Mientras Ignacio caminaba con dificultades para ver, luego de ser violentamente agredido, vio una camioneta de las propias fuerzas policiales y prefirió protegerse dentro de un negocio. “En vez de ir a la camioneta, lo que hice fue refugiarme en un comercio, porque desconfiaba más de acercarme al patrullero y que me hagan algo ellos o que me sigan golpeando los de la patota”, dijo.
Bs As 2.0 también dialogó con Jorge, otro hombre de prensa malvinense, quien fue el autor de las fotografías y videos que pudo registrar el ataque sufrido por los medios de prensa, principalmente los trabajadores de la agencia nacional TELAM, mientras intentaban hacer la cobertura de la marcha.
“Particularmente fuimos testigos –digo fuimos porque, en realidad, había otro periodista más-, estábamos a 200 metros del hospital con un compañero del diario Tiempo de Tortuguitas y comenzamos a ver a unos 100 metros de donde estábamos una situación muy extraña. Varios patrulleros seguían a un vehículo. Cuando vemos esto nos separamos, cada cual se va en su auto. Y al ver esto pensé ‘Bueno, voy a tratar de cubrir a la persona que estaban deteniendo’, eran patrullas comunales. Las distingo un poco porque las patrullas comunales tienen las luces de arriba diferentes a las de la Bonaerense. Empiezo a tomar fotos, logro tomar tres fotos (una de ellas salió mal, las otras bastante bien) y a partir de eso se me vienen encima todos los policías comunales y detrás de ellos las patotas, en definitiva. Cercan mi auto y yo intento salir del lugar donde estaba para que no me ataquen porque sabía que estaban sentados, desde horas tempranas de la tarde, los ataques a compañeros, vecinos y periodistas fundamentalmente de los diferentes periódicos nacionales”, aseguró el periodista.
“Cuando me rodean, adentro del auto lo primero que hice fue resguardar mi máquina de sacar fotos, que la tiré abajo, y subí la ventanilla pensando fundamentalmente que algo había tomado. Yo en ese momento no sabía que era la gente de TELAM, pero lo primero que pensé fue ‘Acá saqué algo que incomoda mucho’ y, bueno, a partir de ahí vino el hostigamiento”, detalló Jorge.
“Intentaban mirar hacia adentro del vehículo buscando la cámara para sacar fotos, no la podían ver porque estaba debajo de uno de los asientos, y ante mi insistencia hubo una llamada de un compañero que ya avisaba que estaba haciendo la denuncia en la Fiscalía y estaba pasando mis datos. Eso hizo que las personas que me estaban constantemente hostigando a que saliera, se calmaran un poco. Yo le pido la identificación (al oficial que se acercó hasta su vehículo) y lo que hace es abrir el chaleco flúor fosforescente que tenía encima y lo único que pude ver, realmente, era un arma reglamentaria”, señaló.
El periodista también se refirió a la labor en un pago chico como Malvinas, la cual define como “toda una cuestión” allí.
“Comunicar es bastante complicado. Existe por ahí una imagen institucional de lo que es el municipio, y lo que son sus dirigentes, y lo otro es lo que ocurre en lo cotidiano. El Día del Periodista hubo saludos del Intendente, felicitando a la tarea periodística, y a media mañana impiden el acceso al Concejo Deliberante para que la prensa escuche la sesión. El mismo día que fallece Celeste, los padres no solamente de Celeste Morales sino padres, viudas, que fueron en definitiva víctimas de situaciones en este hospital y en diferentes hospitales del partido de Malvinas Argentinas, también estuvieron denunciando junto a los padres de Celeste, que es la otra parte que por ahí no se traduce en los medios”, manifestó.
“Yo creo que si hubo un objetivo con esta golpiza que dieron a tanta gente, por ahí la prensa ha hecho mucho eje en los periodistas golpeados y me parece muy bien que como trabajadores se defiendan, pero acá hubo muchos civiles que nada tienen que ver con la prensa, que han sido golpeados, amedrentados a punta de cuchillo, con palos y no aparecen en las crónicas”, destacó.
Fuente: buenosaires2punto0.com.ar
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